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La realización de ceras para la enseñanza de Anatomía

martes, 1 de junio de 2010

La enseñanza de la anatomía a principios del siglo XIX, no era tarea fácil, los recursos y posibilidades eran limitados aunque las necesidades fueran las mismas que las actuales. Se necesitaban presentaciones y modelos que facilitaran un estudio visual de los ejemplares, pero la realidad es que las técnicas utilizadas para la conservación de cuerpos naturales eran muy limitadas.

En un principio, las representaciones se limitaban a dibujos e ilustraciones, que ofrecían una idea de la anatomía animal, pero que carecían de volumen, y por tanto no daban una idea exacta de lo que se pretendía enseñar. Ante este problema aparecerán dos soluciones, los cuerpos desecados y las ceras anatómicas. Éstas últimas empezaron a cobrar importancia y a ser reclamadas por toda Europa durante el siglo XVIII y XIX

Las ceras frente a los modelos desecados ofrecían cuantiosas ventajas, como el color y la perdurabilidad, además aportaban un carácter artístico a la figura que impresionaba, no sólo a anatomistas, sino también a artistas y a la sociedad de la época. Son de alto valor algunas "Venus" creadas para la enseñanza anatómica de patologías o procesos naturales femeninos como el embarazo.

La técnica creación de estas piezas se consideraba un secreto de autor. Como se suele decir “cada maestrillo tenía su librillo”, y cada uno aplicaba unos pigmentos y unas técnicas propias, que muchas veces se iban con los escultores a la tumba. [En la actualidad se están realizando diferentes estudios para conocer pigmentos y técnicas utilizadas por estos grandes maestros.]

A pesar del desconocimiento detallado de la biografía laboral de estos maestros, podemos establecer cuatro etapas generales de creación de una pieza:

1. Se elegía la pieza a modelar, y se disecaban las partes necesarias para su creación. Para la representación de un órgano complejo, o un modelo clástico se producían disecciones y disecaciones de varios cadáveres hasta conseguir moldes suficientes para su generación.

2. Se untaba la pieza en manteca o aceite [Para que no se pegara, como ocurre con los pasteles] y se vertía yeso líquido sobre la pieza, de forma pausada y continua, favoreciendo que el yeso alcanzara hasta el último pliegue de la pieza. Posteriormente, se sacaba el molde de yeso, en pequeñas partes para que facilitara su maniobrabilidad a la hora de su reproducción posterior, obteniendo así la matriz.

3. Se disponía la cera en una pequeña fuente metálica, la cual se calentaba al baño maría para fundir la cera. Durante el proceso de fundición se le podían aplicar diferentes tintes o aditivos como la trementina de Venecia con el fin de colorear o facilitar el endurecimiento posterior del material, aceite de oliva, para hacerla más maleable o manteca de cerdo para blanquearla.
Mientras tanto se untaba el molde de jabón para rellenar los poros del yeso, y tras esto se vertía una primera capa de cera, generalmente muy fina y aplicada con pincel. Se dejaba endurecer y se aplicaba una segunda capa con otra pigmentación, y así sucesivamente hasta configurar la pieza. El espesor y la tintura utilizada dependían del tejido a representar.

4. Para terminar la pieza, se unían las diferentes partes creadas en la anterior etapa. Se creaba una estructura ósea [a veces acompañada de una estructura metálica] y uniéndose a ella las diferentes piezas. Por último, se introducían en un estuche térmico, que ensamblaba las diferentes piezas debido al carácter fundible de la cera.

En la actualidad se realiza con métodos diferentes. Os dejo con un vídeo que os lo muestra.

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